LA VIDA



Se asomó tímidamente
entre el asfalto
desde una grieta,
la bella florecilla
donde quedó sepultada
cual la muerte
el día que enterraron
su semilla.

Con cuanta fuerza
quiso seguir viviendo,
con que paciencia
esperaba su salida,
hacia esa luz
a la que fue creada
y que la mano del hombre
le aniquilaba.

Yo quiero compararme
a tu humildad,
yo quiero recibir
la luz un día
para vivir,
hasta que quiera Dios
y que ninguna maldad
a mi, me oprima.

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